Después de un triunfo todo es alegría, nos abrazamos. Celebramos. Sonreímos. Nos llenamos de ilusión. Pero es también importante poner los pies en la tierra, entender que lo mejor que se puede hacer en estos momentos es ponerlos firmemente para avanzar seguros hacia nuestro objetivo.
Entender que camino es el que vamos a recorrer y entender también de que debemos recorrerlo juntos. Ya demostramos en las malas de lo que somos capaz, pero eso no queda ahí. Hay que estar siempre, hasta que las buenas lleguen para quedarse.
En épocas donde nos quieren hacer creer que el suicidio es un acto heroico, de dignidad y hasta de amor. Yo creo que el mayor acto de amor es estar en las buenas y malas. Que héroes son aquellos que luchan por lo suyo siempre. Que digno es ir a la batalla con la cabeza levantada.
Seamos dignos de un Universitario campeón, acompañemos a tanto héroe anónimo que va a entregar el corazón, aún cuando al día siguiente no tiene ni para comer, pero no le importa si ayer llenó su alma. Demostremos el amor, ahí en la cancha, sin importar el rival.
Nos vemos el sábado.
Ricardo
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